jueves, 26 de junio de 2008

Progreso material y conservación del medio ambiente



El tema del desarrollo, la inversión de mayores recursos por parte del Estado en investigación y desarrollo (I+D) vienen haciendo ruido hace un tiempo.
Sin embargo, es el momento que dejen de hacer "ruido" y se conviertan en "escuchar y concretar". El camino avanzado por Chile en vías del desarrollo fue bastante ágil durante la década de los noventa. Sin embargo, a comienzos del siglo veintiuno los pasos de nuestro país por lograr el desarrollo se han ido estancado y incluso me atrevería a decir que retrocediendo a las sombras del perpetuo subdesarrollo.
Debemos entender, en términos económicos, que todo desarrollo o crecimiento implica un "coste de oportunidad", es decir, la afirmación de que para producir más "A" debemos estar dispuestos a sacrificar "B". En este sentido, debemos ser capaces de aprovechar la amplia gama de recursos naturales que poseemos en pos de terminar con la dependencia, por ejemplo, en materia energética. Y quiero detenerme en este último punto porque todo país que pretenda alcanzar el desarrollo necesita aumentar sus niveles de producción y para eso es central contar con fuentes de energía propias que permitan lo anterior. Eso sumado a la eficiencia y el cambio cultural que amerita en nuestros recursos humanos que deben entender la importancia del trabajo bien hecho, la optimización de las horas de trabajo, y que la cantidad y la calidad no son lo mismo.
Ahora, con respecto al tema del desarrollo y el medio ambiente, algunos economistas plantean que los países son tanto más desarrollados cuanta mayor capacidad tienen de explotar y transformar el medio (el suyo o el del vecino). Y todo eso significa, por ejemplo, suelos extenuados por una agricultura intensiva que recurre a fertilizantes sintéticos para mantener o aumentar la productividad, factorías que vomitan toneladas de productos tóxicos a la atmósfera o a las aguas, agrupaciones humanas que generan toneladas de basura difícil de digerir.
¿Por qué no se ponen soluciones, que las hay, a los problemas que trae consigo el desarrollo y crecimiento para un país como Chile?. A mí juicio sencillamente porque son soluciones que cuestan dinero, encarecen los productos, disminuyen la competitividad y obligan a subir los impuestos en este juego de equilibrio entre política y mercado.
Los más radicales dirán: "¡Que se pare todo eso! Volvamos a una forma de vida más natural" (reconozco y asumo que no sería capaz de definir en qué consistiría una vida más natural). Mientras que otros dirán: "Que siga la cosa, y los que vengan detrás que asuman con las consecuencias".
Entonces, por ejemplo, nos negamos a la implementación de las centrales hidroeléctricas en Aysen, pero por otro lado también nos negamos a la posibilidad de entregar una parte ínfima de nuestra amplia soberanía marítima a los bolivianos a cambio de gas y de lo anterior en ningún lado se estipulan soluciones concretas sobre problemas reales y que de seguro no se van a solucionar de un día para otro, pero si es urgente empezar a delinear los caminos y las vías que no permitan comenzar a cimentar el Chile del presente y del futuro.

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A mí Tio Dario (Q.E.P.D)...

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La verdadera riqueza de los individuos está en su perseverancia y en su constancia