La actual coyuntura critica del Partido Demócrata Cristiano ha reflotado por enésima vez el tema de la poca convivencia que se produce intra y extramuros en los procesos electorales internos. Cada elección (universal o por junta) es interpretada como “el tiempo que vivimos en peligro”, pues, las aguas se agitan, las tempestades son más fuertes, los discursos son más encendidos. La militancia vuelve a atiborrar las sedes partidarias a escuchar los planteamientos de los postulantes. Las criticas por doquier despiertan apasionamientos a ultranzas. Es cuando prima más el sentido de una candidatura que el partido, mientras que a la opinión publica y al común militante, le parecen que están en presencia no de un partido de cristianos o de hermanos en política sino de dirigentes que no trepidan en la descalificación como recurso político para lograr sus objetivos mediatos.
En el actual contexto, la DC no puede darse el lujo de mostrarse ante una opinión publica cada vez más sensibles a los temas coyunturales porque, aunque no se manifieste en levantamientos sociales ni mucho menos, si se va a reflejar (de seguro) en las próximas elecciones parlamentarias.
Actualmente, uno de sus senadores emblemáticos se encuentre incluso ad portas de la expulsión ante su negativa de obediencia a la "mesa" de su partido. Es decir, resulta torpe sancionar a un militante por expresarse, esto más allá de los acuerdos y demases.
Será este el escenario propicio para que otros partidos de la concertación ocupen el lugar de la DC?.
Será la oportunidad que estaban esperando en RN para pasar a sus filas a militantes DC?.
Se convertirá la DC en un nuevo referente, con militantes tanto en la derecha como en la concertación?.
Invitará Adolfo Zaldívar un café a la Sole sin que el Gute se enoje?
Pasará a segunda fase la selección chilena en Copa América?
Volverá el peluche Dueñas con la maimacho de la Marlen Olivarí?
