Hoy jueves hemos sido testigos del resurguir de los pinguinos, que en esta ocasión contaron desde un inicio con el apoyo de los universitarios.A su vez, vemos que el movimiento no postula reinvindicaciones novedosas o que contribuyan a mejorar la calidad de la educación en Chile. Se quedan en lo mismo y por ende es lógico ver que muchos más van en un afán por perder clases o hacer uno que otro desmán.
En este sentido, yo quisiera saber cuantos de los que participan de estas marchas están inscritos en los registros electorales. Y la razón es muy simple, puesto que es en la máxima expresión democrática en Chile, a saber las elecciones, donde se pueden comenzar a generar de una buena vez los cambios.
Esto porque si bien las movilizaciones expresan un sentir, las elecciones no sólo son la expresión y el sentir de la ciudadanía a través de las urnas, sino que por su carácter son empíricas y son la expresión en sí de la mayoría, por lo cual se debe respetar, validar y acatar. Mientras exista un universo de´más de dos millones de jóvenes que no participen del sistema democrático, ¿Cómo es posible siquiera pensar en generar cambios que vayan en beneficio de todos?
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